Además, a pesar de la pandemia de la COVID-19, según datos de CoinDesk, en febrero de este año la criptomoneda Bitcoin alcanzó un récord de casi 50.000 dólares, frente a los 8.000 dólares de enero. Este crecimiento ha sido impulsado por un interés en las criptomonedas de las compañías Fortune 500.
Las aseguradoras se encuentran cada vez más cómodas dentro del mercado de las criptomonedas, pero su volatilidad, su falta de regulación, el ser un mercado relativamente nuevo y su alto riesgo hacen que muchas aseguradoras no lo terminen de ver claro, y no se sientan seguras creando coberturas para estos activos digitales.
A pesar del crecimiento tanto económico como en popularidad de las criptomonedas, especialmente en los últimos años, actualmente los criptoseguros no están extendidos y disponibles globalmente, y son muchas las aseguradoras que todavía no se han lanzado.
Sin embargo, la necesidad de disponer de este tipo de seguros está ahí, y sigue creciendo al mismo tiempo que crecen los ataques de ciberseguridad en este mercado. Actualmente, comprar criptomonedas sin tener un seguro que proteja al comprador implica correr un gran riesgo; por ejemplo: según datos de CipherTrace, en 2019 se perdieron más de 4.000 millones de dólares en fondos de criptomonedas a causa de robos y fraudes.
El sector todavía necesita más ayuda para protegerse y necesita que las aseguradoras se impliquen. La creación de criptoseguros va aumentando muy poco a poco, pero no es suficiente para satisfacer la alta demanda, de hecho, como hemos visto, la capitalización del mercado global de criptomonedas supera los $100 mil millones, mientras que, según datos de Coinddesk, solo hay 6.000 millones de dólares disponibles en coberturas de seguro de criptomonedas.
Empresas de todo el mundo, especialmente las de nueva creación, tienen claro lo prometedor y lucrativo que puede llegar a ser el mercado de los criptoseguros. Ahora, el reto se traslada al sector asegurador.