13 de noviembre de 2023.
CLAVES DEL ANÁLISIS
Los «carbon credits», o créditos de carbono, también conocidos como compensaciones de carbono, son una forma de instrumento financiero utilizado para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y combatir el cambio climático. Estos créditos se generan a través de proyectos que reducen o eliminan emisiones de GEI y se utilizan para compensar las emisiones de carbono en otros lugares, ya sea por parte de empresas, gobiernos u otras entidades.
Estas iniciativas de cuidado del medio ambiente están experimentando un auge en los últimos años debido a la contribución que realizan a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, particularmente al Objetivo 13: Acción por el Clima, centrado en tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
El término crédito de carbono generalmente se utiliza como equivalencia a una tonelada métrica de CO2 que no se ha vertido a la atmósfera, mientras que el concepto de compensación de carbono se utiliza para referirse a aquellos proyectos o acciones que evitan la emisión de esa tonelada métrica. Entre estas iniciativas podemos encontrar proyectos de generación de energía renovable, de mejora de la eficiencia energética de las infraestructuras, acciones de reforestación o implementación de sistemas de medición de emisiones, entre otras. Y todas ellas han de pasar previamente por un proceso de evaluación por parte del consejo de Naciones Unidas.
Otro concepto a tener en cuenta dentro de este nuevo paradigma de economías sostenibles es el de mercado de carbono, también conocido como Voluntary Carbon Market (VCM). en el cual se realiza la compraventa de los créditos y compensaciones de carbono. Este mercado funciona a modo de plataforma en la que particulares, empresas y gobiernos se conectan entre sí para adquirir créditos o compensaciones que compensen sus propias emisiones. De igual forma, este mercado sirve para facilitar la inversión en proyectos que generen créditos de carbono a través de iniciativas sostenibles.
Según una reciente investigación de BCG, el mercado de carbono va a continuar creciendo con fuerza en los próximos años, y las empresas a nivel global podrían llegar a gastar hasta 40.000 millones de dólares anuales en créditos de carbono hasta el año 2030:
Entonces ¿cuál es el papel de las aseguradoras dentro del mercado de carbono? Pues bien, este papel está dando lugar a una tendencia que se ha venido a conocer como “Carbon Insurance”:
Las estrategias de carbon insurance pasan, por un lado, por la compra de créditos de carbono con la finalidad de alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de las propias aseguradoras. Pero, por otro, también están desarrollando nuevos modelos de negocio y productos diseñados para proteger a otras empresas frente a los riesgos asociados a las compensaciones de carbono.
Estos modelos de negocio pueden materializarse de múltiples formas. Algunas opciones son las siguientes:
Un ejemplo de cómo aplican estos productos en el primero de los mencionados modelos de negocio es el mercado de la plantación de árboles. Un sector que está en auge debido a las compensaciones de carbono que facilita, pero que también está expuesto a importantes riesgos y vulnerabilidades debido a posibles pérdidas ocasionadas por inclemencias climáticas inesperadas o por fraude.
Las empresas petrolíferas, que están muy necesitadas de compensar sus emisiones, están invirtiendo en este tipo de iniciativas, pero, por ejemplo, en el año 2021 se quemaron más de 150.000 acres de bosques californianos que formaban parte de un programa de reforestación en el que BP, entre otras importantes compañías, habían adquirido créditos de carbono.
Debido a los daños ocasionados por el fuego, estos créditos dejan de ser aptos para compensación lo cual se traduce en importantes pérdidas para las compañías inversoras, y el consecuente daño para su reputación e imagen de marca. Es aquí donde pueden entrar en juego las aseguradoras para cubrir dichas pérdidas.
La tecnología blockchain también puede desempeñar un papel determinante en el desarrollo futuro de esta tendencia. Por ejemplo, el sector agrícola, uno de los que más contribuye a las emisiones de CO2, también es uno de los más expuestos a riesgos derivados del cambio climático, como los incendios o los eventos climatológicos adversos así que, en este punto, las empresas del sector podrían adquirir créditos de carbono para el pago de las primas de los seguros climáticos, con lo cual matan dos pájaros de un tiro ya que, a la vez que se estarían mitigando riesgos inherentes a su sector, se estarían fomentando las prácticas agrícolas sostenibles.
Para impulsar estas iniciativas, blockchain puede ser una gran solución ya que facilita todo el proceso de reclamaciones, eliminando burocracias y mejorando la eficiencia de los procesos aseguradores. Por ejemplo, a la hora de verificar que una compañía agrícola ha experimentado pérdidas a causa de una sequía o una inundación una plataforma blockchain permite hacer valoraciones automáticas al estar conectada con los datos registrados en los satélites que verifican, en tiempo real, que ese evento climatológico adverso efectivamente se ha producido. En ese momento, la póliza de seguro se activa y se inicia el proceso de reparación de las pérdidas sin necesidad de investigaciones in-situ y otros procesos que puedan retardar la emisión del pago.
Por lo tanto, la descentralización de blockchain permite mejorar la experiencia del asegurado al eliminar la necesidad de intermediarios. Por otra parte, desde el punto de vista de las aseguradoras, puede suponer un ahorro en los costes derivados del procesamiento de las reclamaciones.
Datos aportados por Climate Finance certifican esta idea, estimando que la tecnología blockchain puede permitir a los agricultores reducir el coste de emisión de una póliza hasta en un 41% y el precio de la prima correspondiente en un 30%, a la vez que se recortan los plazos de pago desde una media de tres meses a tan solo una semana.
CASOS DE ÉXITO
En torno a la tendencia del carbon Insurance se está generando todo un ecosistema insurtech en el que ya existen casos de éxito como el de la empresa con sede en Reino Unido Kita. la cual cuenta con una cartera de productos que cubren todo el espectro de riesgos de los mercados de carbono.
En febrero de este mismo año 2023, la startup anunció oficialmente el lanzamiento del primero de estos productos, diseñado para ayudar a las empresas a reducir el riesgo en las transacciones efectuadas con créditos de carbono.
El anuncio vino justo después de recibir una financiación de 4 millones de libras en una ronda semilla liderada por el fondo Octopus Ventures, apenas ocho meses después de que la insurtech recaudase 350.000 dólares en financiación inicial.
El producto de Kita, denominado Carbon Purchase Protection Cover, se espera que sirva para cubrir el vacío de protección que existe en el mercado de los créditos de carbono y que impulse la creación de mayores flujos de capital de inversión destinados a proyectos de compensación.
En junio de este mismo año han firmado también un acuerdo de colaboración con la organización sin ánimo de lucro OxCarbon, perteneciente a la Universidad de Oxford, a través del cual ambas partes se comprometen a trabajar de forma conjunta para desarrollar iniciativas que faciliten la inversión financiera en proyectos de lucha contra el cambio climático.
El acuerdo se centra sobre todo en implementar enfoques científicos basados en la importancia de contar con datos comprensibles y transparentes que permitan escalar las inversiones y desarrollar productos aseguradores viables para cubrir los proyectos impulsados por OxCarbon. Y es que esta transparencia basada en los datos es esencial para establecer un nivel adecuado de confianza entre las diversas partes que van a intervenir en los proyectos.
Según los fundadores de la startup, para conseguir los objetivos de cero emisiones que muchas compañías se han marcado, hace falta runa labor gigantesca de reducción de emisiones que requiere de mayor inversión de capital que la que está teniendo lugar actualmente y, para que los inversores pierdan el miedo a depositar más fondos, aún hace falta eliminar riesgos y generar mecanismos que garanticen la inversión. En este punto, propuestas como la de Kita pueden convertirse en un habilitador esencial para aumentar la confianza en el mercado y poder escalar así las inversiones en reducción de huella de carbono.
El mercado de carbono va a jugar un rol fundamental en la lucha contra el cambio climático en los próximos años y el sector de los seguros va a ser un agente clave para conseguir un crecimiento escalable en el desarrollo de estos incentivos. Por lo tanto, se presenta una gran oportunidad para las aseguradoras a la hora de desarrollar un mercado que aun está por explotar y que presenta unas perspectivas de negocio muy optimistas de cara a los próximos años.
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