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La (R) Evolución del transporte se llama Mobility as a Service

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CLAVES DEL ANÁLISIS

  • Las grandes ciudades del mundo están adoptando progresivamente nuevos modelos de transporte basados en el concepto de Mobility as a Service (MaaS), el cual está muy ligado a la evolución y el desarrollo de las smart cities.
  • Bajo la idea del MaaS subyace la posible adopción masiva de una plataforma única capaz de aglutinar los diferentes servicios y modelos alternativos de movilidad existentes en la actualidad, a modo de superapp de transporte.
  • Pese a las buenas perspectivas de crecimiento, el sector MaaS afronta también importantes retos como son los riesgos de seguridad o la falta de estandarización normativa.

Mobility as a Service (MaaS) es un concepto que hace referencia a la idea de prescindir del vehículo en propiedad como método de transporte, sustituyéndolo por una plataforma digital a través de la cual se pueda personalizar e individualizar el uso de diferentes sistemas de movilidad en función de las necesidades particulares de cada momento.

Bajo este modelo, un habitante de una gran ciudad puede, por ejemplo, utilizar su app para acceder a un servicio de vehículos eléctricos públicos, y desplazarse con él hasta su puesto de trabajo, después podría tomar una bicicleta o un patinete eléctrico para ir a comer a un restaurante varias calles más lejos y, al final del día, acceder a un autobús bajo demanda para visitar a un familiar que vive en una pequeña localidad a varios kilómetros del centro. Por último, podría utilizar esa misma aplicación para reservar una plaza en un coche compartido y hacer una excursión durante el fin de semana a una ciudad de una región limítrofe.

CIUDADES TOP EN MOVILIDAD

 

En concreto, algunas ciudades del mundo pueden considerarse un referente en el desarrollo de estos nuevos modelos de transporte sostenible.

Si tomamos como fuente el ranking que Oliver Wyman elabora anualmente, en colaboración con la Universidad de California, Berkeley, podemos comprobar cómo entre las ciudades del mundo más avanzadas en términos de transporte alternativo y sostenible se encuentran Estocolmo, San Francisco, Singapur, Helsinki o Amsterdam.

Por su parte, las dos mayores ciudades españolas, Madrid y Barcelona, ocupan las posiciones 24 y 25 respectivamente, con una puntuación total de 63.0 en el caso de Madrid y de 62.1 en el de Barcelona.

Sin embargo, en el espacio de la movilidad sostenible ambas ciudades ocupan posiciones más destacadas con puntuaciones por encima de la media. Madrid ocupa el puesto 15 con una puntuación de 58.8 y Barcelona el 17 con una puntuación de 57.8. Por el contrario, en el espacio de la innovación las dos ciudades obtienen puntuaciones por debajo de la media.

CRECE LA OFERTA

El MaaS aglutina toda la serie de tendencias y subsegmentos de la nueva movilidad entre los que podemos incluir el car sharing, el ride sharing y ride hailing, moto sharing, la micromovilidad (patinetes y bicis eléctricas) o los autobuses bajo demanda. Por lo tanto, persigue que el transporte sea lo más eficiente posible, flexibilizándolo y amoldándolo a las necesidades concretas de cada persona. Por otro lado, busca hacer el proceso lo más sencillo posible, unificando el acceso a todos los servicios a través de plataformas únicas.

Se trata de un mercado que lleva experimentando un crecimiento progresivo desde el año 2018, espoleado por el auge de startups disruptivas como Uber Lyft y Bolt, en el ámbito del transporte urbano, BlaBlaCar y Amovens, para viajes compartidos en áreas interurbanas, o Car2Go, Free2Move y Zity, en el espacio de los servicios públicos de transporte compartido.

Otros factores que han hecho crecer esta tendencia son el aumento en la preocupación de los consumidores por el problema de la contaminación, así como una mayor concienciación en materia de sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Por otro lado, también han influido las nuevas regulaciones locales que muchas grandes ciudades han implantado con la finalidad de reducir la contaminación, pero también para desatascar los centros urbanos y hacer frente a los problemas de congestión del tráfico derivados de un uso excesivo del transporte en vehículos privados.

Un dato muy significativo al respecto es que, según un informe de la compañía alemana de movilidad FreeNow, en el año 2021, el número de viajes realizados en coche compartido, patinete, bici y moto eléctrica se multiplicó por 1.754% en Europa.

Para entender la magnitud de la tendencia con un ejemplo más cercano, podemos centrarnos en el caso de la ciudad de Madrid, cuyo mercado ha atraído en los últimos cinco años la llegada de diversas compañías de movilidad.

Si bien a principios de 2018 operaban solo tres compañías de carsharing en Madrid (Car2Go, Zity y Emov) con una flota total de 1.600 vehículos, en 2021 la cifra se había duplicado hasta alcanzar los 3.448 vehículos disponibles, operados por un total de 5 compañías (Free2Move, WiBLE, Zity, ShareNow y GoTo).

Si además de los coches eléctricos incluimos también otros vehículos eléctricos de movilidad compartida (bicicletas, scooters y otros modelos de motocicletas) la cifra aumenta hasta una flota total de 20.000 vehículos y, en 2022, operan ya hasta 10 compañías diferentes de movilidad compartida en la ciudad.

Sin embargo, según podemos ver en la siguiente gráfica, las estimaciones apuntan a que el mercado está aún por explotar, a nivel global, y que el auge exponencial del mismo va a tener lugar entre el periodo 2027-2030.

RETOS DEL MERCADO

 

A pesar de estas buenas perspectivas de negocio, los proveedores de servicios de Mobility-as-a-Service enfrentan también una serie de desafíos a los que tendrán que dar respuesta en los próximos tiempos:

Complejidad en las normativas y falta de estándares regulatorios: los nuevos modelos de micromovilidad al estar recién llegados al mercado todavía funcionan con algunas lagunas legislativas. Un ejemplo representativo de esta problemática es el del uso del casco en los patinetes eléctricos. En marzo de 2021 se aprobó en España una reforma de la ley de tráfico que obliga a los conductores de patinetes eléctricos a usar casco. Sin embargo, delega a las autoridades locales la potestad para especificar las normas que aplican en cada territorio municipal. Esto hace que a día de hoy la mayoría de las personas no sepan con seguridad dónde y en qué casos aplica la obligatoriedad de utilizar esta protección. Lo mismo ocurre en el ámbito de los seguros de responsabilidad civil donde la normativa todavía no especifica con claridad dónde y en qué casos es obligatorio.

Necesidad de conocimientos en tecnología: al estar basados en plataformas digitales, los servicios MaaS requieren por un lado que los usuarios tengan ciertos conocimientos tecnológicos y estén habituados al manejo de aplicaciones móviles. Esto supone un freno para el auge de la adopción masiva y hace que la penetración aun sea residual en muchos segmentos de la población, quedando limitada a un perfil de usuario joven y con conocimientos tecnológicos. 

Preocupaciones en materia de seguridad y privacidad de datos: otra barrera a salvar es la de los riesgos asociados en materia de seguridad y privacidad. Este punto está relacionado con el anterior ya que, al tratarse de servicios basados en aplicaciones digitales, algunos usuarios pueden sentir reticencias a incorporar sus datos a las plataformas de las compañías y que estas puedan registrar todos sus movimientos, sobre todo si tienen dudas de que sus datos personales vayan a ser  protegidos adecuadamente.

Riesgos en la conducción: Múltiples estudios recientes están reflejando un aumento en las hospitalizaciones debidas a accidentes con vehículos de movilidad compartida. También es una problemática que genera debate en torno a la interrogante de quién es el responsable último en caso de accidente y si debe ser la compañía o el usuario final quien se haga cargo de los posibles daños. Por otro lado, plantea la cuestión de hasta qué punto los servicios pueden dejar de ser rentables cuando las compañías tienen que asumir un coste demasiado elevado para hacer frente a estos riesgos.


¿Has contratado alguna vez un servicio de Mobility as a Service?