CLAVES DEL ANÁLISIS
Hasta hace menos de un año, la idea de que un mundo paralelo basado en realidad virtual pueda llegar a materializarse nos sonaba como algo propio de la ciencia ficción. Sin embargo, el anuncio de Marck Zuckerberg (presidente de Facebook), en octubre de 2021, de la transformación del gigante de las redes sociales en Meta, y el consecuente cambio de estrategia hacia un modelo de negocio basado totalmente en el Metaverso, ha desatado un hype de enormes dimensiones pasando a convertirse en el tema estrella del que todos los foros, eventos y congresos de innovación (independientemente de la industria o sector) quieren hablar.
Muestra de este impacto es la forma en la que se disparó, a partir de dicho anuncio, el número de aplicaciones móviles que las empresas cambiaron de nombre para ser las primeras en quedarse con un branding ligado al metaverso.
Tanto es así, que en el mes de enero de este año se registró un crecimiento de más del 145% en el número de apps que anunciaron este cambio de nombre para adaptar su imagen de marca al nuevo escenario futurista que parece estarse gestando.
En este aspecto, podemos comprobar además como, según estas cifras, el sector financiero es uno de los primeros en haberse subido al carro de la tendencia, tan solo por detrás del gaming, industria pionera en la creación del metaverso.
Pero ¿realmente el metaverso tiene un poder transformador tan grande, para la economía, los negocios y nuestras vidas en general, como el que en su día tuvo la llegada de Internet o de la telefonía móvil? Hasta qué punto estamos hablando de una disrupción real o de otro caso de hype que no superó la fase de expectativa, como lo fue el lanzamiento de Second Life en el año 2003.
Sin duda, hay que tener en cuenta las grandes diferencias que existen entre aquel lanzamiento y el actual:
Así pues, este nuevo intento de popularizar un metaverso a nivel de masas va mucho más allá de una simple iniciativa llevada a cabo por una plataforma de videojuegos o un laboratorio de innovación en realidad virtual. Y este es uno de los principales motivos por las cuales todas las alarmas se han desatado y la gran mayoría de las empresas, incluidas como no podía ser de otra forma, las aseguradoras, han puesto a sus equipos de I+D a trabajar para entender qué tipo de desafíos y oportunidades de negocio se están presentando.
Por lo tanto, no hay duda de que el metaverso se encuentra actualmente en su mayor pico de hype y, si tomamos por válido el cuadrante de Gartner sobre las etapas por las que pasa toda innovación tecnológica de éxito, la siguiente fase que llegará será la de “desilusión” y falta de fe en la expectativa generada para finalmente repuntar hacia un nivel intermedio de estabilización.
Lo que está por ver ahora es hasta qué punto esa estabilización de la tendencia, cuando el metaverso deje de ser más que una moda deslumbrante o una causa de pánico sobre la disrupción del negocio en la que ninguna empresa puede quedarse rezagada, habrá transformado el mundo tal cual lo conocíamos antes de su llegada.