21 de julio de 2021
CLAVES DEL ANÁLISIS
Este incremento en la demanda de dispositivos está creando nuevas oportunidades y un aumento del número de startups especializadas en estos dispositivos.
Desde que Fitbit puso a la venta su primer wearable en 2009, con el objetivo de incentivar a las personas a llevar una vida más sana, el mercado de los wearables no ha parado de crecer.
De acuerdo con los datos de IDC, en 2020, los envíos globales de dispositivos wearables, relojes, pulseras y otros dispositivos ascendió a 444,7 millones de unidades, en comparación con los 346,4 millones de unidades que se enviaron en 2019. Hubo un crecimiento interanual del 28,4%, lo que, según la compañía, indica un mercado en crecimiento.
El mayor número de envíos de wearables en 2020, se produjeron en China, con aproximadamente 70 millones de unidades, seguido de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) con casi 40 millones de unidades, según datos de Canalys.
A estas cifras también las acompaña el hecho de que el gasto de los usuarios finales en dispositivos wearables también está aumentando. Según datos de Gartner, en 2020 el gasto de los usuarios finales, a nivel global, en wearables fue de 68,99 mil millones de dólares, y se espera que ese gasto ascienda a 81,5 mil millones de dólares este año.
Este mercado está en pleno apogeo, especialmente desde la llegada de la COVID-19 la cual ha provocado que las ventas de estos dispositivos se hayan disparado, debido a que ayudan a poder hacer ejercicio desde casa y a llevar un control de la salud. Según datos de un informe de IDC, solo en los tres primeros meses de 2021 se han vendido un total de 104,6 millones de unidades en todo el mundo, un 34,4% más que en el mismo período del año anterior.
En estos momentos, la salud ha pasado a ser de suma importancia para las personas, que han empezado a preocuparse más por su estado de salud y a cuidarse, especialmente entre las generaciones más jóvenes. De acuerdo con los datos de un estudio realizado por Hotwire a nivel internacional, las generaciones más jóvenes creen que la información sobre la salud es más importante que la información financiera. Además, alrededor del 48% de los Gen Z reconocieron que comprobaban la información sobre su forma física y su estado de salud a través de dispositivos wearables, de forma frecuente.
La tecnología wearable no solamente se utiliza en un ámbito personal, sino que cada vez más desempeña un papel importante en los espacios de trabajo, para ayudar a los trabajadores a mantenerse sanos y ser más productivos. De acuerdo con un estudio de Cornerstone, actualmente tan solo el 12% de los empleados utiliza wearables para realizar tareas relacionadas con el trabajo, sin embargo, de ese porcentaje, el 71% afirma que han aumentado la productividad desde su uso.
No obstante, a pesar de los beneficios de la tecnología tanto a nivel personal como profesional, y de su crecimiento, todavía existen algunos desafíos clave que superar. Por ejemplo, la importancia de la recopilación y tratamiento de los datos.
En este sentido, actualmente sigue habiendo ciertas reticencias respecto a esto, y una preocupación por la privacidad personal. Estas reticencias se pueden apreciar más en las generaciones más mayores, por ejemplo, alrededor del 47% de los baby boomers indicaron que nunca compartirían información sobre su salud, mientras que en el caso de la Gen Z ese porcentaje es del 25%, según datos de HotWire.
Este crecimiento imparable del mercado de los wearables está creando nuevas oportunidades de integración de estos dispositivos en el sector asegurador, así como también un aumento del número de startups especializadas en estos dispositivos. Todo indica que el enfoque inicial basado en el fitness y el bienestar de los usuarios se está trasladando a la salud, e incluso se espera que los wearables representen la fusión definitiva entre los ramos de vida y salud, ya que incluso muchas de las startups que desarrollan wearables han decidido diferenciarse de la competencia enfocándose en la prevención o mitigación de una dolencia específica.
Esta diferenciación ha sido una de las claves que ha acelerado la adopción e integración de nueva tecnología sanitaria. En el panorama europeo, según datos de McKinsey, el ecosistema HealthTech alcanza ya los 350.000 millones de dólares y se espera que esta cifra se duplique en los próximos 5 años. Entre las startups healthtech que más espacio ocupan en el ecosistema destaca, en primer lugar, las farmacias online, seguidas del cuidado digital (como la telemedicina) y, en tercer lugar las especializadas en wearables (18%).
CASOS DE ÉXITO